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sábado, diciembre 01, 2007

Tampoco te creas que tengo yo muy claro eso de "hasta la victoria siempre" (por decir algo).
Confío más en eso del "ganamos, perdimos, igual nos divertimos".
Porque imagino que la vida a fin de cuentas es una sucesión de coitos y lloriqueos (no) baratos o sí (baratos).
Deberíamos echarle un par de huevos (qué coño). Porque ahora somos jóvenes. Y nuestras carnes están duras.
Está claro (y comprobado) que hay que siempre hay que apostar al rojo. Una vez. En la segunda sale negro y puede que a la tercera también. Sobretodo plántate cuando te toque rojo. Rojo chillón, rojo bermellón. El rojo es cojonudo. El rojo es la vida.
Y es que se está tan bien con los pies colgando...

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