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martes, diciembre 26, 2006

El amor.
En la vida aprendemos a atarnos los cordones (mentira). Nos cambiamos de compañía de móvil. Decimos negro cuando es blanco. Nunca olvidamos cómo se camina en bici. Conducimos carritos de la compra fuera de supermercados. Marcamos goles. Miramos esas tetas de la tele sin fijarnos muy bien en todo lo demás. Nos preguntamos si somos felices tantas veces que perdemos la cuenta. Salimos y entramos del garaje con o sin la intención de conducir.
Cuando es de día no valoramos la luz gratuita que nos hace ver esa silla llena de bultos. Luego de noche alguien nos dice, "¿Apago la luz?" y claro, piensas, "Pues no" porque claro, ¿Qué coño vas a hacer solo y a oscuras?
Dice la frase que hay una cosa peor que estar enamorado... y es no estarlo. No se puede vivir sin amor. Sin amor se pierden las ganas de leer, de caminar, de correr, de comer, de cantar, de ver, de hablar. Se pierde el espíritu. Se pierde la armonía, la coherencia, la razón de ser.
El flechazo es la vida. Recuerdo haber temblequeteado. Recuerdo mi corazón latir como lo hace el de la gata más guapa del lugar tras una de esas carreras frenéticas. Recuerdo no imaginarme otra vida. Recuerdo ese vacío. Esa necesidad. Recuerdo saber que me sentía un gilipollas... feliz.
El amor es estar colgado y no importarte. Es encontrar un rumbo. Es estar todo el día esperando. Es tener un motivo por el que desear que pase todo el día con tal de que llegue ese momento y luego mirar el reloj y decir "qué bien, cuánto tiempo nos queda...".
Sin amor no se espera. Sin amor no tiene gran sentido el dinero, ni el tiempo, ni los semáforos en rojo. No tiene sentido el ocio ni las melodías en el móvil. No importa que nadie se acuerde de ti. Te pierdes lo demás. Te pierdes a los demás.
Sin amor metes la pata una y otra vez. Eres un gilipollas infeliz. De nada te sirve tener el guapo subido. Pierdes la perspectiva. No te interesan las noticias ni siquiera los mejores momentos deportivos del año. Y eso, tela.
28 años y toda una montaña desbaratada. Joooodo.
Porque sin amor se esta solo y a oscuras... y claro, ¿Cómo se puede vivir así?
PD: Y ya sé, cojones, ya sé que no soy tan desgraciado.

domingo, diciembre 24, 2006

Necesito un cambio de aires como el comer...
¿Me llevas contigo?

sábado, diciembre 23, 2006

El discreto segundo plano es una auténtica metedura de pata.
He aqui un consejo: Cuando sientas que has de ser el protagonista, rompe con todo, juegatela, no vengas con mariconadas, usa tu puto corazón. Y si te columpias no pasa nada. Y si aciertas, tampoco porque todo pasa.
El segundo plano y las espinitas clavadas van casi siempre de la mano.
Cuando sabes que es el momento, que es el lugar, y que como dice la canción "It´s now or never"... lo recomendable es acorralar a vuestros cojones antes de que salgan por patas.

Seguramente obré mal. Seguramente esto es lo que merezca.
De momento doy una medicina (que no le gusta) a la gatita más guapa del lugar. Demasiado premio para tan pocos huevos (los míos).

martes, diciembre 19, 2006

Qué huevos tiene Rocky...

jueves, diciembre 14, 2006

Creo que uno de mis problemas es que soy flojo de mente y duro de cuerpo. Tal vez si fuera menos duro de cuerpo mi mente se aflojara... ni puta idea.
Vivimos nuestros momentos más dichosos sin enterarnos y al tiempo ves otros protagonistas en otros planos y te das cuena (pongan ustedes la "t") de que ellos ahora viven (sin ser muy conscientes de ello) algo similar a aquello que tu consideras: lo más de lo más.
Y es una putada.
Porque ahora es el momento ya que nunca más voy a ser tan joven como ahora. Ser joven es mejor que ser más mayor aunque sólo sea porque en teoría es de primeras mejor la primera opción. Y que le den por el culo a la experiencia.
Eso de que se puede surfear a los 50 es una puta patraña. Ni espíritus ni mentiras.
Y no quiero estabilidad. A eso se recurre cuando te bebes algo caducado. Lo malo (si es que es malo) es que los zig-zag y a los toboganes son inesperados. Fuera de Port Aventura lo son..........................................
Recien he borrado un buen puñado de frases compuestas de verbos, artículos y palabras como "palestra" o "cojones" u otras de cuyo nombre no quiero acordarme.
Sólo deberíamos vivir una vez. En el momento en el que algo pareciera parecido a algo que ya conocemos... a tomar por culo. Y vuelta a empezar. Y nacer una y otra vez. Y que nos tocara ser un mueble, o una cola de lagartija (perdida) o un gordinflón fanático de la interviu. O una tia buena de tetas gordas o un cabrón hijo puta o un lapiz o una pajita a rayas amarillas sobre fondo blanco mitad bañada por un Ron, mitad mojada por los labios de una zorrilla. Perdón, zorrón.
Es un rollo pasar por algo y conocer el desenlace. Me muero por imaginar que aún existe una sorpresa por ahi esperando.
"¿Has pasado ya el momento en el que todas las letras de tangos te parecen ir bien?". Joder. Tiene que haber algo mejor por ahí esperando... tiene que venir algun alienígena a contarme algún secreto.
Si vas a 60 pasas todos los semáforos hasta aquel. Luego le metes un poco y si no hay tráfico llegas casi hasta tu casa sin hacer gran cosa. Sería una grata sorpresa quedarme en todos los semáforos en rojo... bueno, tampoco voy a pasarme.
Estabilidad. La estabilidad y el periódico que vuela no pueden ser dos cosas más opuestas. A una lo llamo aburrido. A lo otro amor. Quiero llorar de la risa. Quiero música hay dentro y silencio aqui fuera. Quiero miradas acertadas. Quiero no saber qué paso va después de otro. Quiero querer que alguien me diga "no no no" cuando intente abrir la puerta de mi casa a altísimas horas de la madrugada. Quiero que me roben, que me violen, que me digan "hey, eres bueno".
Quiero pasar página y que no me dejes pasarla. Quiero que vengas y me digas: ¿Cómo pudiste hacerme eso? Quiero poder no decirtelo nunca más.
Nunca dejaré de ser un pipiolo... al menos, en otra vida, fui Napoleón.

lunes, diciembre 11, 2006

Inmerso en mi estado catatónico y sopesando qué hacer con la (penosa) tarifa de mi móvil he bajado por el pan. Chandal desangelao, zapatillas de estar por casa naranjas (sí, naranjas) y morunas (pues eso, morunas), una chaqueta vaquera que parece estar pidiendo (joder, que pide) ya no clemencia sino, qué se yo, un lavado, un año sabático, unos hombros de mujer... con esto y unos pelos cardados, despeinados... vamos, un fulero en toda regla bajando seis pisos en ascensor como si no importara bajar 206.
Cuando una niña de 8 años te dice "hola", te dice "Uno treinta" y te da un periodiquito en el que en la última página (ella misma te lo enseña) aparece un cupón para irte a Jamaica... cuando una niña de 8 años te recibe con sus ojos de 8 años, y te sonríe y te dice "a ti" y un rato después te hace hablar con diminutivos... dan ganas de pedir perdón al ver que a tus (2)8 años no tienes punch ni ganas para, al menos, combinar los colores.
Perdón.

domingo, diciembre 10, 2006

El mensaje original decía: ¿Para cuando la felicidad?

El de ahora dice: "Karate Kid". Carne de gallina.

sábado, diciembre 09, 2006

Ya son las 5. Joder. Nunca me he sentido así. Yo era del tipo de personas que sabía el día en el que vivía, la hora que debía ser (que era), cómo funcionaban las cosas.
Ahora no sé si es 12, si es martes... mi mente dispone y borra. Dispone y borra.
Mi yo pasota, ese que no cree en nada ni nadie, para el que todo son meigas y el amor es uno de esos inventos nefastos que sólo compran los incautos y los absurdos y los necios... me dice que pase de todo, que me las folle a todas, que enajene mi mente y viva mientras pueda.
Mi yo normal, ese que sólo cree en lo estrictamente necesario está entendiendo que fallar a los sentimientos trae consecuencias. En esta vida hay que tener huevos porque las consecuencias de no tenerlos son mucho más mierda. La gravedad no es culpable de que las personas se enamoren... puta mierda de todo.
Yo me lo guiso y yo me lo como, ¿Que me como el qué? Pues nada.
¿Pues nada qué? Y yo que sé.
Demasiadas miradas extraviadas que se llevan cientos de puntos fijos que dudo que se merezcan algo que se parece a unos ojos alicaidos.
Esto es sólo el sinvivir de un pipiolo que aún tiene mucho que llevar a la práctica. Y todo pasa, lo bueno y lo malo.
Necesito un cambio de aires. Poner las pilas y colgar el gigante reloj de pared de propaganda. Y que siga su marcha sin parar. Y que el tiempo marque la pauta y llegue el día en el que vuelva a ser yo. Lástima que hasta que eso ocurra...
Fallar a las mariposas que recien comienzan a revolotear tiene su precio... y me jodo.
Igual este año me crecen los huevos.
Igual igual igual.

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