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viernes, abril 29, 2005

Capítulo 7

La banca gana.

Decido apostar de nuevo todo lo poco que tengo.

Todo al rojo, por favor.

miércoles, abril 27, 2005

Capítulo 6

Despedida número X.
En la primera sonaban varias canciones a la vez.
En la segunda Entrerríos.
En la tercera música francesa que siempre he evitado volver a escuchar.
En la cuarta podría hacerlo Rasmus, Bisbal o El Barrio, sin ir más lejos.
Me voy quedando sólo.
No estoy preparado pero luego el tiempo pasa y a todos se nos olvida, ¿A todos? Yo no me olvido de ninguno de vosotros. Hoy volví a decirlo por segunda vez: "Lleno". Ando ya a tomar por culo. Pienso en que si llegaras ahora mismo a la estación y yo andará rebosante de ilusión y todas esas cosas que lleva consigo quien espera al pie de un anden... posiblemente cogiera a la carrera otro tren cualquiera que me llevara muy lejos de ti.
Tú ahora me das un consejo: apuesta siempre por el rojo.
"Todo al rojo por favor".

miércoles, abril 20, 2005

Capítulo 5

Dormir en la calle es parecido a dormir en un coche. He soñado contigo y no me quería despertar. Hacía tanto tiempo... qué grande fuíste. Nunca dejaré de darte las gracias.

martes, abril 19, 2005

Capítulo 4

La aguja que señalaba más allá del suelo en el último recuerdo que tenía de ella, ahora alcanza la rayita en la que pone "mínima dignidad (la suficiente como para partir)".
Y las canciones bonitas son bonitas... y ya está. "Lo siento me tengo que ir".
Arranco el motor y salgo quemando rueda...

sábado, abril 16, 2005

Capiítulo 3

Al fin llegué a la gasolinera. Si te hubiera hecho caso y hubiera hecho gimnasia más a menudo que para encorrer al bus, puede que no me hubiera costado tantas horas alcanzar este punto. Pero he llegado hasta aqui, he ganado yo.
Con mi garrafa llena de vitaminas y comodines dejo ya la gasolinera atrás otra vez. Sin duda es una canción triste la que suena por la megafonía. Muy adecuada para esas conversaciones pedo perdido por las noches de sábado noche.
Sin duda que sí.

jueves, abril 14, 2005

Capítulo II

Llevo mis primeras veinticuatro horas fuera de mi hogar. Ahora el asfalto está helado. Hace doce horas podría haber frito un par de huevos en él. Por ejemplo los míos.
Debo de hacer mal algo porque nadie para. Tal vez debería afeitarme pero ello implicaría cierta rendición. Sólo una muchacha lo hizo y sólo paró para preguntarme a qué distancia se encontraba la próxima gasolinera... no me sonó a pitorreo sino a una escapada bien planteada. La muchacha se sentó a mi vera, con su trasero en esa especie de césped sobre la que ahora descansan mis nalgas solitarias. Los dos nos contamos nuestra puta vida y ella entiendió mis motivos y algunos no. Lo mismo yo con ella.
Ahora aqui sólo me planteo algo... ¿Pero dónde cojones voy? No creo que lo mio tenga solución ni aqui ni allá... puede que el problema ande más cerca de lo que podría haber imaginado.

miércoles, abril 06, 2005

Al hilo de la melodía de dos canciones (a lo sumo tres) escribo estas líneas teniendo la certeza de saberme capaz de emocionar con lo que escriba. Sólo escucho porque me duele mirar. Mis párpados andan abiertos y mis pupilas escuchan aquella melodía que llenó de ilusión mi porvenir...

Capítulo I

Es de noche. Voy en mi coche pelao de gasolina pero sé que llegaría hasta donde quisiese...

¿No hay nadie que pare? Llevo dos putas horas con el motor parado, mis pies en el suelo y mi dedo pulgar autostopista señalando al horizonte al que nadie me quiere llevar. Igual se piensan que con el peto este fluorescente soy un madero y les señalo el camino correcto. Joder. La aguja del depósito pegó un puto vuelco... parecido al que dió el Huracán en el torneo clausura del 89. Aquello sí que eran huevos.
¿No hay nadie que me ayude a salir de aqui?
¿De qué sirve tener ideas cojonudas?
Hoy he tenido otra.
De nada.

lunes, abril 04, 2005

"Vuelvo con el doble de canciones... tratando de cambiar corazón por canción".
O algo así dijo el bueno de Andrés. Y digo bueno porque no tiene nada de malo fumarse un porrito de vez en cuando.
Después de leer y pinturrijear mi libro de autoayuda no sé si odio mi vida o la amo o si, sencillamente, se necesitarían millones de vidas para poder amar, odiar, vivir, soñar, mendigar, robar, ponerse ciego, enfermarse, sanarse, caminar, fotografiarse, dormir, viajar... en las cantidades que nosotros las deseamos.
La vida es la vida y la gente folla cuanto puede y protesta cuanto quiere. Los ojos son muy muy delicados y unos claros y llorosos son realmente bellos. Unos felices del color que sean también.
Estoy de vuelta o he estado de vuelta... ¿Qué importa? Todo viene y va, sólo hay que apretar los dientes y aliviar la presión de los puños cuando merezca la pena acariciar a alguien.
¿9 horas son muchas?
Depende.
Marcho a descansar.

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