En el nuevo sillón me cuelgan los pies

Pienso en que yo tendría que cantar de puta madre. Entonces el mundo se iba a cagar patas arriba. La música casi siempre nos lleva a enajenarnos, cerrar los ojos y gritar al aire. O hacerlo con dulzura mirando de reojo a ese chico bien parecido que también nos mira desde el otro lado de la barra. Pero no es así... y no puedo cantar como Dios manda eso de "prefiero irme a los infiernos si no te muerdo la boca!". Y es entonces cuando me siento impotente... ¿Cómo voy a cambiar el mundo sin ser Bisbal?

Bah. Le pongo interés. Soy un fiera. "¡Prefiero irme a los infiernos... si no te muerdo la boca!!!!!".

:)