domingo, noviembre 26, 2006
Estaba pensando en las ocasiones perdidas. Esos trenes que pasan una vez en la vida y claro, dejas que paren, que esperen y que se vayan. Y tuercen la esquina, giran tras la puerta y nunca más las ves.
Un trabajo cojonudo (perdón, formidable) (perdón, cojonudo). Un viaje con tus compadres del alma. Un polvo mundial con la francesita de turno...
Y piensas muchas veces en ellas y en lo estúpido que fuíste. Un puto gilipollas.
¿En qué estaría pensando? ¿Dónde coño tendría la cabeza?
De todos modos, ¿Quién quiere coger todos los trenes? ¿Quién quiere una máquina del tiempo para retroceder y hacerlo todo que te cagas?
Las ocasiones perdidas tienen valor porque son perdidas... si se aprovecharan sería como uno de esos goles que marcaste y que ya no recuerdas.
Yo, por si acaso... sigo perdiendo.
Un trabajo cojonudo (perdón, formidable) (perdón, cojonudo). Un viaje con tus compadres del alma. Un polvo mundial con la francesita de turno...
Y piensas muchas veces en ellas y en lo estúpido que fuíste. Un puto gilipollas.
¿En qué estaría pensando? ¿Dónde coño tendría la cabeza?
De todos modos, ¿Quién quiere coger todos los trenes? ¿Quién quiere una máquina del tiempo para retroceder y hacerlo todo que te cagas?
Las ocasiones perdidas tienen valor porque son perdidas... si se aprovecharan sería como uno de esos goles que marcaste y que ya no recuerdas.
Yo, por si acaso... sigo perdiendo.
