En el nuevo sillón me cuelgan los pies

Sí, estoy colgado, ¿Y qué? Ya, sí, que estoy colgado. Estar colgado es jodido porque no puedes hacer nada. Estás ahí, colgado. Que es como estar de brazos cruzados pero con la sensación de no poder despegarlos. Y no sólo eso sino que de vez en cuando, algo te concede la oportunidad de creerte en la disposición de bajar del lugar en el que levitas, con los brazos armados y las manos abiertas y el corazón en vena... pero no, estas en el suelo con apariencia de estar cagando y a pesar de todo, tu cara esta en bavia (¿Cómo coño se escribirá vabia?) y sabes que no sabes absolutamente nada. Ah, y de levitar nada, estás colgado de una cuerda que está atada a un palo que no sabes ni a qué altura está y entre el palo y tu.. te la suda.
Y no mola estar colgado. Porque te pierdes muchas cosas. Te lo pierdes todo. El coche que te levantará por los aires está por ahi en el futuro esperando y sin embargo, estoy colgado.
Estar colgado se asemeja a tener que afrontar una calle en la que al final espera un muro gigante. Pero es mucho peor. Estar colgado no es vivir. Cuando estas colgado solo hay silencio y angustia. Y dolor. Y un huevo de desperación.
Y ya el colmo es saber que columpiarse también es un error. Y también es una putada no saber qué es o qué no es un error.
Y estando colgado tu mente va y viene y te marea. Estar colgado significa no tener nada claro. Significa no saber dejarte llevar. Significa no saber lo que se quiere. Significa saber perfectamente que podrías quedarte aqui sentado para siempre y sin embargo algo tan trágico no te inmuta. Sí, puede que estar colgado sea trágico.
Y una de las cosas peores de estar colgado es saber que hasta la futura, ilusoria e hipotética estabilidad... quedan muchas horas de hastío, de irse a la cama vacío, de dudas, de cagadas y de incertidumbre...
Estar colgado es taparte la boca y parte de la cara con la apariencia de estar pensando... pero no estás pensando. Sólo colgado. Colgado.
Colgado.