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martes, noviembre 28, 2006

Y el corazón reventó de mi pecho saliendo al exterior (de mi). Y rebotó y rodó hasta que se detuvo a unos metros (de mi). Se giró para mirarme enojado. Sin quitarme la vista de encima retrocedió 4 ó 5 pasos...
Luego comenzó a correr como lo hacen los rabiosos. Después la trayectoria de un salto le trajo con violencia contra mi cara. Ya conmigo en el suelo, se acercó como si fuera un gran gigante triste. "Te jodes" fue lo que dijo y claro, le entendí perfectamente.

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